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Villa Gesell

AHRCA Villa Gesell

En el año 1931, Carlos Idaho Gesell, de nacionalidad argentina, decide comprar una superficie de 1.648 hectáreas de dunas vivas. La intención de este próspero comerciante era forestar las arenas voladoras con pinos marítimos y desarrollar así una plantación que le proveyera la materia prima para construir los muebles para bebés que se vendían en el tradicional negocio familiar, denominado “Casa Gesell”.
La fecha de fundación de la “Villa” es el día 14 de diciembre de 1931, una fecha simbólica y conmovedora, ya que es el momento en que Carlos Gesell comienza a construir su primera vivienda familiar, hoy Museo y Archivo Histórico Municipal. La casa tiene características muy especiales: las paredes son paneles dobles de madera, revestidos con material desplegable y luego cubiertos por dentro y por fuera con una capa de revoque. El hueco entre ambos paneles fue rellenado con papel de diario, que le serviría como aislante.
La vivienda es llamada “La casa de las cuatro puertas”, pues tiene una puerta de acceso hacia cada punto cardinal. Esta es sólo una de sus principales características, las otras, los invitamos a conocerlas…
El sistema de fijación de las dunas que utilizó el fundador fue inventado por él. Usó especialmente el esparto, un pasto nativo de las dunas, de largas y fuertes raíces. Dispuso matas en cuadrículas de 10 x 10 metros, y dentro de ellas sembró gran cantidad de gramíneas y leguminosas que aportan nitrógeno al suelo. En cuanto a la forestación, la desarrolló a base de experimentación con infinita variedad de especies, sin obtener, en diez años, resultados positivos.

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A partir de este esfuerzo y asimilando los contratiempos como enseñanzas, don Carlos cambia su proyecto inicial de obtener madera y en el año 1941 decide construir la primera casita destinada a turistas: “La Golondrina”, ubicada en la Alameda 201 casi Calle 306. Después de la llegada de Emilio Stark, considerado el primer turista de Villa Gesell, quien recomendó con entusiasmo el lugar, nace el eslogan que hasta hoy nos caracteriza: El Balneario que se recomienda de amigo a amigo.
La evolución y crecimiento de Villa Gesell han sido constantes en el tiempo. Podemos analizar su crecimiento según las décadas, a partir de ciertas características de la población, el tipo de construcción predominante, y la planificación urbana ideada por don Carlos Gesell.
En el año 1943 se abre un camino consolidado entre Villa Gesell y la Ruta Provincial Nº 11, fundamental para acceder al lugar, ya que el ferrocarril llegaba desde Buenos a Aires a la estación del Paraje Juancho. También ese año se abre el “Playa Hotel”, primer hotel de la Villa, y, seguidamente la pensión “Gaviota” y el hotel “Parque”. Las primeras construcciones respondían a un estilo de arquitectura centroeuropeo, que aún puede observarse: techos a dos o cuatro aguas, paredes bolseadas pintadas de blanco; los postigones, aleros y puertas de madera dura hachuelada.
Los primeros loteos se realizaron entre el Boulevard Silvio Gesell y la Avenida de Circunvalación. Se trataba de “quintas” de una hectárea, sistema divisorio que las leyes exigían para otorgar la apertura de una calle de acceso (hoy Camino de los Pioneros).

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Una vez establecido en forma permanente en su casa, Carlos Gesell lotea alrededor de la misma. Las dimensiones de los lotes son generosas y la idea era que se construyera sobre lo alto de las dunas.
El trazado serpenteante de las avenidas y paseos es un diseño del fundador, pues como amante de la naturaleza deseaba preservar las características típicas de la topografía, de modo que las calles se abrían bordeando las dunas. Esto significó una gran originalidad en el concepto de la traza urbana, que rompía la típica cuadrícula empleada por los conquistadores españoles para el diseño de las ciudades. En el año 1960 don Carlos establece una nomenclatura especial para las calles del Barrio Norte, el más antiguo de Villa Gesell. Se denominan Alamedas aquellas arterias paraleleas al mar, numerándose desde la 201. Las arterias perpendiculares al mar se denominan Calles, y se numeran desde la 301. Se trata de un lugar netamente residencial, con añosa arboleda, que no pueden dejar de visitar.
El Camino de Acceso a Villa Gesell, después de cruzar la Avenida de Circunvalación, se denomina Avenida Buenos Aires, la cual se bifurca 300 metros antes de desembocar en la playa, dando origen a la Avenida 3. Esta última es una verdadera “columna vertebral” y la principal arteria comercial de Villa Gesell.
Las Avenidas corren paralelas al mar, desde la Av.1 y los Paseos son perpendiculares al mar, desde el 100 hasta el 175, hacia el sur.
En los años 50, Villa Gesell fue el balneario “más europeo”, según rezaba un titular del diario La Prensa de Buenos Aires. La informalidad, el gusto por el buen vivir y la posguerra fueron las bases del desarrollo de esa época. La primera bikini fue impuesta en estas playas. Estos factores, y la creciente afluencia de jóvenes intelectuales, así como de artesanos, plásticos y músicos que se da en los años 60, fueron diseñando el espíritu de libertad y de vanguardia que caracteriza a Villa Gesell y que la diferencia históricamente de otros lugares.
En la década de los 70 Villa Gesell creció explosivamente. Esto se debió, en gran parte, a un exitoso sistema de venta de lotes, denominado Plan Galopante, que don Carlos ideó con la intención de desarrollar especialmente la zona sur.

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En los años 80 y 90, la población estable fue aumentando considerablemente. Muchos de los nuevos habitantes provienen del conurbano bonaerense y llegan en busca de una mejor calidad de vida.
Asimismo, en los últimos años se han desarrollado muy particularmente las localidades del sur del partido.
Uno de los aspectos más relevantes de esta ciudad balnearia son sus originalísimas calles cabalgantes, irregulares y onduladas, seguramente únicas en el país y con pocos antecedentes en el mundo. La villa se formó respetando la morfología del terreno. De este modo las casas se construyeron en el faldeo o en la parte superior de los médanos con las calles corriendo en los valles interdunales. Fue una idea verdaderamente genia del fundador de la villa quien eludió así y de manera sistemática, la clásica geometrización en cuadriculas y dameros. El resultado le otorgo a la villa un pintoresquismo muy especial.
El crecimiento edilicio de la villa fue fulminante, especialmente en las décadas del 60 y 70, años en que Gesell fue la localidad argentina de mayor crecimiento relativo, a punto tal que ya en 1970, pese a su juventud. fue categorizada ciudad.
Veamos un poco esa evolución.
1932 Primera vivienda construida en la Argentina sobre un médano fijado artificialmente a orillas del Atlántico. Desde la terraza «sólo podía ver -palabras de Gesell- cuatro cosas: el cielo, el mar, la arena y el perro corriendo por la ladera de la duna».

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Hasta 1936 Gesell alternaba su tiempo entre sus arenas y Buenos Aires. Ese año disuelve la sociedad que mantenía con su hermano (Casa Gesell) y obstinadamente se radica en los médanos. Esta actitud lo llevo varias veces al borde de la ruina. Pero el fin de la segunda guerra mundial favoreció sus planes. Numerosos alemanes y refugiados se radicaron aquí.
En aquel tiempo no existían inmobiliarias ni vendedores. Sus espontáneos promotores eran: Sutton, que entre los años 1942/45 poseía la concesión de publicidad de subterráneos de Buenos Aires; Stark, que vendía exclusivamente a miembros de la colectividad alemana y el irlandés Hennequin, presidente de la Cámara de Comercio de Intercambio con Francia, que obviamente vendía a sus compatriotas.
A principios de 1947 Gesell vende por la suma de $ 1000, 8 Ha. al Automóvil Club Argentino. Casi inmediatamente le ofrece a esa institución once manzanas (158 lotes) para su venta, ubicadas entre as Avenidas 3 y 6 y los Paseos 109 y 113. De lo producido neto de la venta, Gesell se comprometía a entregar e 500/0 de lo recaudado, para ser invertidos por el A.C.A, en instalaciones, viviendas y trabajos de parquización.
Un suplemento impreso del A.C.A. en aquella época decía textualmente: «No podía nuestra entidad estar ausente de un lugar cuyas condiciones turísticas son indudables. Por eso ha adquirido un terreno de 8Ha., sobre e que pronto se levantaran diversas dependencias propias de un balneario moderno, entre los cuales no se olvidará el cómodo buffet con magnificas vistas sobre la playa.» Sin embargo pasaron 25 años sin que el A.C.A realizara construcción alguna, excepto una pequeña vivienda para e cuidador. A su vez, el remate de los lotes realizado por la institución en su sede central, el 14 de junio de 1947, fue un completo fiasco. Hasta el 31 de julio de 1948, un año y un mes después, de los 158 lotes solo se habían vendido 6.
Posteriormente, estas once manzanas comenzaron a venderse en forma particular.
En este aspecto, José Maria Bordón, que llega hacia fines de 1947, considerado el primer vendedor de tierras, tiene una actuación destacadísima. Bordón era mecánico dental y vendió cientos de lotes entre gente de su gremio: dentistas y mecánicos dentales. Todos los fines de semana traía en su automóvil a posibles interesados, hasta que finalmente se radicó en la villa e instalo una inmobiliaria con sugestivo nombre: «Aquí es».

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Villa Gesell siguió creciendo inconteniblemente. De 7 hoteles existentes en 1948, veinte años después, a fines de la década del 60, sumaban más de 130 entre hoteles, hosterías y residenciales. En el mismo período de tiempo de 45 comercios de diversa índole, superó los 700.
Como decíamos al principio, las décadas de 60 y del 70 marcaran un record absoluto y a villa paso a ser la población de mayor crecimiento del país.
Y llegamos hasta nuestros días, Villa Gesell, en su tercer milenio, tiene aproximadamente 25.000 habitantes permanentes. Su capacidad hotelera asciende a 22.574 plazas en sus 235 establecimientos hoteleros. Si a estas plazas sumamos las 87500 que dispone el rubro extrahotelero (casas y departamentos en alquiler), la capacidad total del balneario asciende a la impresionante suma de 110.074 plazas o camas, ubicando a la villa en e tercer lugar en el país, detrás de Mar del Plata y Bariloche.
Toda a villa es un paseo. La intensa forestación domina el paisaje, logrando un notable efecto pintoresco que se acentúa por la sinuosidad de sus caminos y desnivel naturales. Cuenta además con reservas de libre acceso como el extenso bosque de pinares de 14 Ha que fuera propiedad de Gesell.
Cuatro sectores se distinguen nítidamente. El más residencial corresponde al barrio de las alamedas, ubicado entre la Avenida Buenos Aires y la Calle 308. Continua «el centro» desde a Avenida Buenos Aires hasta el Paseo 113. Sobre su arteria principal, la Avenida 3, se concentra buena parte del comercio geselino. Innumerables y surtidos negocios: boutiques, casas de artículos regionales, artesanías, restaurantes, confiterías, y todo cuanto el turista desee o necesite.
Por la nochecita la arteria se transforma en peatonal con la presentación de numerosos grupos música y espectáculos callejeros de diversa índole que concita el interés de numerosos turistas grandes y chicos.
El tercer sector corresponde a la zona conocida como El Gateado, por un médano difícil de vencer, como un potro indomable de Madariaga así llamado. Se extiende hasta aproximadamente.
El barrio sur abarca hasta el Paseo 152 y en los últimos años también ha experimentado un gran crecimiento.
Las playas del balneario, en una sucesión ininterrumpida de finas arenas, se prolonga aproximadamente seis kilómetros, desde la Calle 311 hasta el Paseo 152.
En esta larga extensión, numerosos concesionarios ofrecen carpas y sombrillas en alquiler, confiterías y restaurantes. Varios de ellos, especialmente en la zona céntrica (Calle 304 hasta Paseo 119), poseen canchas de voley, deporte que apasiona por igual a jugadores y espectadores.

El servicio de salvataje en el mar está perfectamente coordinado por Prefectura y la Cruz Roja Argentina. Unos 70 expertos bañeros, con medios idóneos de auxilio, observan una estricta vigilancia. El mar, además, ofrece una seguridad extra por una pileta natural formada hasta un banco de arena permanente hasta veinte metros de la playa. En días de mar bueno prácticamente no existe en este sector peligro alguno para los bañistas.
La Avenida Costanera, abierta en la década de 80, se extiende desde la Calle 303 hasta el Paseo 129, lugar de gran afluencia de deportistas; allí se encuentra el muelle de pescadores.
Entre los deportes que pueden practicarse en a villa citaremos: el surf, pesca, natación, equitación, golf, fútbol, tenis, patinaje, karting y bowling. Se realizan competencias de motocross y un sector en las dunas sirve de excelente pista natural para los aficionados a los 4 x 4.

Reserva Natural Municipal Faro Querandí

Ubicada al sur del partido, tiene una superficie de 5.757 hectáreas de dunas. Se puede acceder en vehículos de doble tracción, por el pie de duna, con la precaución de circular por la huellas, de modo tal que se preserven la fauna y la vegetación autóctonas, poniendo en valor la majestuosa particularidad del ecosistema. Es el reservorio de agua potable más imponente del mundo y es la muestra actual del paisaje original de Villa Gesell.
El faro es la primera construcción del partido (año 1922) y es una señal indispensable para los navegantes. Querandí es un vocablo de la lengua guaraní que significa “hombres que se untan con grasa”. Los querandíes llegaban en sus incursiones hasta aquella zona de nuestra costa, y por ello se denominó Querandí a la punta geográfica donde se asienta el faro, que a su vez toma de allí su nombre.
En el año 1983 Villa Gesell se declara Partido. Sus límites actuales son, al Norte, la localidad de Cariló, Partido de Pinamar; al Sur, el Canal 5 de Mar Chiquita; al Este, el Mar Argentino, y al Oeste, la Ruta 11 Interbalnearia, con algunas fracciones más allá de este límite, como el aeropuerto y el cementerio.
La magia de los bosques, sus extensísimas playas, la inmensidad de las dunas y la calidez de su gente hacen del Partido de Villa Gesell, un lugar para vivirlo. Disponga de todos sus sentidos para hacerlo.

Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul

En 1946, Ricardo Astengo Morando y un grupo de socios compran una fracción de aproximadamente 1.800 hectáreas de dunas vivas. Eran 9 Km. sobre el frente marítimo por unos 2 Km. de ancho. Hacia el norte, la fracción limitaba con la propiedad de Carlos Gesell (actual zona urbana de Villa Gesell). Denominan Mar Azul al predio, debido al intenso color del mar en esas playas.
Entre 1947 y 1951 se construye un camino de acceso desde la Ruta 11 hasta el mar, comienzan los trabajos de fijación y forestación de las dunas y el loteo del predio. Se construye también una hostería de madera frente al mar y se plantan tamariscos, acacias trinervis y pinos para fijar la arena.
En 1952 los trabajos se detienen por falta de recursos económicos. Gran parte de los pinares se seca, y en 1954 el camino de acceso y la hostería quedan totalmente cubiertos por la arena.
En 1957, la sociedad inicial resuelve separarse. Esto da origen a un remate judicial de 330 hectáreas de dunas vivas, una parte de la fracción adquirida en 1946. Manuel Rico, un contador de Buenos Aires, propone a sus socios, Antonio Vázquez y Jacobo Zelzman, comprar aquellas 330 hectáreas en remate. Rico, un gran emprendedor, contrata a los prestigiosos ingenieros agrónomos Oscar Moretti y Esteban Takacs para desarrollar los trabajos de fijación y forestación.
Se plantaron gran variedad de especies, algunas que no se encuentran en otras forestaciones de la costa atlántica, tales como olivo de Bohemia y pino mexicano, de gran valor ornamental.
El nombre, “Mar de las Pampas”, se debe a que éste es uno de los pocos lugares de la costa donde la llanura de la pampa húmeda se encuentra con el mar.
Rico se encarga también de la reapertura del viejo camino de acceso trazado por Astengo Morando y de continuar parte de los trabajos de forestación de la fracción de Mar Azul.
Uniendo la vasta experiencia de los ingenieros y la disponibilidad económica de los socios, la forestación de Mar de las Pampas quedó concluida en solo veinte años.
En 1964 muere Astengo Morando. Su hijo, Ricardo, comienza en 1978 la urbanización de lo que llamó “Bosque de Mar Azul”.
En cuanto al diseño de las calles de estas tres localidades, Mar Azul y Las Gaviotas conservaron el trazado original de manzanas en cuadrículas. En cambio, en Mar de las Pampas se diseña un trazado irregular, que respeta la topografía, pues las calles se abren bordeando las dunas.
En 1984 se abre el camino que une Villa Gesell con Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul. En 1990 se inaugura la primera escuela. Las Gaviotas se extiende desde la Av. 27 -Alte. Brown- hasta la Av. 34 -Gral. San Martín-, es la más pequeña de las tres y la de más reciente urbanización.
Desde el año 2000, las tres localidades han registrado un crecimiento edilicio y de población estable excepcional e inusitado en la Argentina. Ofrecen toda clase de comodidades al turista, así como sus bellísimos bosques y las playas anchas y agrestes, protegidas por un alto cordón ininterrumpido de magníficas dunas.